Conclusiones.
1)El municipio de Güímar ha sido el más importante desde el
punto de vista agrícola y demográfico de toda la vertiente meridional de la
isla (1). Este auge se prolonga desde los inicios de nuestro estudio, en el
siglo XVIII y con certeza, desde mucho antes, hasta mediados del siglo XX. A
partir de entonces, ha ido perdiendo paulatinamente ese papel, en beneficio de
otros (Arona, Adeje, Granadilla de
Abona, Candelaria y Guía de Isora) hasta ocupar en la actualidad un lugar
secundario, desde el punto de vista económico y poblacional (2).
(1)Los modernos municipios se establecieron en 1812, con
anterioridad, hemos agrupado las distintas entidades que los conforman, para
poder realizar comparaciones.
(2)No obstante, se mantuvo hasta 1981 como el municipio con
un mayor volumen de población entre los del Sur.
2)El Valle de Güímar, ha sido también,
hasta mediados del siglo pasado, el sector más rico desde el punto de vista
agrícola y más densamente poblado de toda la zona sur. Igualmente, ha ido
perdiendo poco a poco este papel en las últimas décadas. Esta relevancia del
Valle, se debió, como es fácil entender, al enorme peso que representaba en el
mismo el municipio homónimo.
3)Del mismo modo, la localidad de
Güímar fue durante todo ese periodo la entidad más poblada e importante, a gran
distancia del resto. Este dinamismo demográfico comenzó a ralentizarse a partir
de los años cincuenta, no obstante, se mantuvo como la localidad más poblada
del Sur hasta el año 2001. En apenas década y media, ante el empuje de otras
entidades, ha descendido al séptimo lugar por su volumen de población (3).
(3)Además, en los últimos años, posiblemente sea la entidad con
menor incremento demográfico entre las de más de 5.000 habitantes.
4)Esta pérdida de importancia, tanto
del municipio como de la localidad, es trasladable incluso al Valle donde se
asientan. Efectivamente, desde el año 2002, el término de Güímar ya no es el
más poblado de la comarca a la que da nombre, siendo superado por el vecino
municipio de Candelaria (4). Igualmente,
tampoco es la ciudad de Güímar la entidad más poblada del Valle, este
lugar ha sido ocupado por Candelaria-Caletillas, con un dinamismo demográfico y
unos efectivos humanos notablemente superiores en la actualidad (5).
(4)En 2015 la población
del municipio de Güímar ya solo
representa el 70% de la de Candelaria.
(5)En 2015 la ciudad de
Güímar contaba con 12.600 habitantes, mientras que el conjunto
Candelaria-Caletillas superaba los dieciocho mil.
6)Asimismo,
dentro de su propio término municipal, Güímar tampoco es ya la entidad más
dinámica; este lugar lo ocupa el caserío de El Puertito, que en los últimos
veinticinco años ha incrementado sus efectivos humanos casi un 200%, mientras
que la cabecera municipal apenas ha crecido un 14% en el mismo periodo.
7)Para
concluir, hemos tenido ocasión de comprobar, como se han cumplido las hipótesis
señaladas por el profesor Burriel de Orueta en 1976 (6) y que abordé en un
trabajo realizado once años más tarde (7). En síntesis, hacían referencia a una tendencia de la
evolución demográfica del Archipiélago y era la coexistencia en las islas
centrales de dos fenómenos simultáneos: de un lado, el crecimiento acelerado de
las fachadas meridionales que tendía a reducir el peso demográfico de las zonas
de barlovento, más pobladas tradicionalmente, y de otro, la concentración de la población en las zonas
costeras, con el consecuente abandono de las medianías y zonas altas.
En
aquellos años, la información demográfica permitía constatar estas tendencias,
pero en ningún modo aventurar lo que se produjo en apenas una década, la
primera del siglo XXI, cuando el sur de
Tenerife, convertido en “el motor económico de la isla” absorbió la
mayor parte del crecimiento demográfico insular y logró superar las cifras de población de la vertiente
septentrional. Se trata realmente de un hecho “histórico”, porque por primera
vez, después de varios siglos, se
produce entre las distintas zonas de la isla (Norte, Sur y Área metropolitana) una
relativa nivelación de la distribución poblacional y puede dejar de hablarse
del vacío demográfico del Sur.
(6)Burriel de Orueta, 1976.
(7)Solórzano Sánchez, 1987.
©José Solórzano Sánchez.
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