sábado, 28 de julio de 2018

Variaciones en la distribución altitudinal de la población en la vertiente meridional de Tenerife (1981-2017). (II)


Variaciones en la distribución altitudinal de la población en la vertiente meridional de Tenerife (1981-2017).
 (II)



Índice.
Introducción.
1.El S_SW entre 1981 y 2011.
2.El Valle de Güímar entre 1981 y 2011.
3.Arico-Fasnia entre 1981 y 2011.
4.El Sur de Tenerife entre 2011 y 2017.
5.El fin de la disimetría demográfica Norte/Sur en Tenerife.
Conclusiones.
Apéndice.

INTRODUCCIÓN.
        El objetivo de este trabajo es confirmar  si las tendencias registradas  en el artículo precedente (1) se han mantenido hasta el momento actual.
        Estas hacían referencia a una serie de modificaciones en la distribución del poblamiento en este sector insular, por las que se ha ido produciendo una concentración de la población  en las proximidades de la costa y un estancamiento o disminución de esta en las zonas de medianías y altas.
(1) (Variaciones en la distribución altitudinal de la población en la vertiente meridional de Tenerife (1900-1981)  
       
En la introducción del artículo mencionado se explicaba detalladamente, entre otros aspectos, la elección del ámbito de estudio, su distribución en tres espacios comarcales (2), el establecimiento de las diferentes zonas altitudinales (3), las fuentes utilizadas (4), la delimitación de los diferentes periodos de estudio (5), etc.

(2)  (El Valle de Güímar, constituido por los municipios de Güímar, Arafo y Candelaria, donde el turismo tiene escasa relevancia frente una mayor influencia del área capitalina, debido a una relativa proximidad a la misma. El sector de Agache, en Güímar, tiene mayores similitudes con Arico-Fasnia, pero no se ha segregado para evidenciar los contrastes a escala municipal. Arico-Fasnia, y el Sur-Suroeste (S-SW) sector integrado por el resto de los municipios de la vertiente meridional intensamente afectados por la expansión turística, excepto Vilaflor, que en realidad se comporta como la zona alta de Arona y San Miguel.
(3) La zona baja, entre la costa y los 500 metros. Dentro de ella hemos diferenciado dos sectores para poder apreciar mejor la atracción del litoral; el costero,  comprendido entre los 0 y 300 metros, y un segundo entre los 301 y los 500 metros. Las medianías, entre los 501 y los 750 metros de altitud. La zona alta, por encima de los 751 metros.
(4) Nomenclátores correspondientes a los años 1900, 1950 y 1981.
(5) Se analizaban   dos periodos temporales: 1900-1950 y 1950-1981.

Como se trata de confirmar tendencias, resulta evidente la necesidad de respetar  todas estas consideraciones a la hora de llevar a cabo el presente estudio, no obstante, sería conveniente realizar algunas aclaraciones en lo que concierne  al espacio temporal seleccionado y a las fuentes utilizadas.

        Por lo que se refiere al ámbito temporal, dado que se trata de comprobar si se han mantenido las tendencias apuntadas entre 1900 y 1981, bastaría con delimitar un único periodo entre 1981 y 2017, última fecha para la que se disponen de datos de población por entidades, indispensable para el análisis que se pretende realizar (6). Sin embargo,  el impacto de la crisis  reciente, a la que no escapó totalmente la vertiente meridional de Tenerife, ha determinado un freno en su  expansión demográfica, y por lo tanto, un cambio radical en   la evolución que presentaba  en los últimos cincuenta o sesenta años. Por ello, hemos considerado más adecuado establecer dos periodos temporales: 1981-2011 y 2011-2017. El primero se correspondería con una etapa de  auge  demográfico sin precedentes en nuestro ámbito de estudio, y en el conjunto de la isla, continuación, como hemos señalado, del que se inició a mediados del siglo XX; el segundo, en cambio, refleja, si no un retroceso, al menos una relativa estabilización en el crecimiento poblacional.
(6) Nomenclátor de entidades por municipios.


        Se ha utilizado el nomenclátor de entidades de población correspondiente a los años 1981, 2011 y 2017. Para 1981 aparece una diferencia entre población de hecho y de derecho, ya que la primera incluye a los transeúntes, por lo tanto, a los turistas, con lo que las cifras reales de población aparecen extremadamente hinchadas en determinados municipios. Hemos seleccionado la población de derecho en aquellas entidades que presentan esta anomalía, con lo que la población total municipal de Arona, Adeje y Santiago del Teide no coincide exactamente ni con la población de hecho ni con la de derecho del censo de ese año (7).
 (7) En Adeje, San Eugenio, Playa de las Américas, Callao Salvaje, Marasul y Playa Paraíso; en Arona, Los Cristianos, Las Américas, Pal mar, Costa del Silencio, La Florida y Chayofa; en Santiago del Teide, Acantilado de los Gigantes.


En 2011 y 2017 ya no aparece esta distinción, trabajamos con población de derecho, porque el nomenclátor se actualiza anualmente a partir del padrón continuo que elaboran los ayuntamientos y posteriormente aprueba el INE. Este hecho es interesante porque nos permite contar con una información relativamente reciente. En efecto, hasta hace aproximadamente dos décadas, el nomenclátor de entidades de población se elaboraba cada diez años, coincidiendo con los censos, primero en los acabados en cero, y posteriormente en uno; sin embargo, para el presente estudio podemos disponer de información sobre la población de las distintas entidades aprobada oficialmente hace apenas unos meses.

Las conclusiones del  trabajo precedente podrían servir, sin lugar a dudas, como punto de partida para el que pretendemos abordar, y éstas fueron las siguientes (8):
(8) Para el periodo 1900-1981 y extensivas a la vertiente meridional de Tenerife.

1.Dada la disposición de los términos municipales -a manera de rampa, desde la costa hasta la cumbre- y la distribución del poblamiento en cierto número de entidades, la evolución general de las cifras de población oculta las tendencias internas, claramente contrapuestas, que introduce el factor altura.
2.A lo largo del periodo en estudio, a escala comarcal y también  en todos y cada uno de los municipios (excepto Vilaflor, que carece de litoral) la zona baja, y dentro de ella el sector costero ( 0 a 300 m.) son las que han presentado un crecimiento más elevado, siempre por encima de la media municipal. Ello se traduce en un aumento paulatino de la proporción de habitantes que se asientan en estas zonas, y por el contrario una reducción del peso tradicional de las medianías y cumbres.
3.De modo general puede afirmarse que el ritmo de crecimiento de las distintas zonas es inversamente proporcional a la altitud media de las diferentes entidades, apreciándose una reducción progresiva del mismo conforme aumenta ésta.
4.El desplazamiento de la población a las áreas costeras no es un fenómeno reciente -de algunas décadas a la actualidad- como suele afirmarse, sino que se remonta a comienzos de siglo y probablemente, bastante más atrás. Además, en las últimas décadas es menos perceptible, porque con la mejora de la red de carreteras, los desplazamientos de carácter laboral no implican cambio de domicilio, tal como ocurría en la primera mitad del siglo.
5.A mayor peso de las zonas medias y altas en un municipio, menor es su crecimiento. A lo largo del periodo en estudio, en los municipios que presentan un índice de crecimiento menor –que son a su vez los más regresivos de la isla- la totalidad de la población (Vilaflor) o más de sus 4/5 partes (Arico, Fasnia) todavía se asienta por encima de los 400 metros de altitud.

1.El S_SW entre 1981 y 2011.
La comarca experimenta en este periodo una expansión demográfica “sin precedentes”. Si bien es cierto que cuando hablábamos de la etapa anterior (1950-1981) utilizamos la misma expresión, por lo extraordinaria que resultaba en aquellos momentos, en esta ocasión debería ser escrita con mayúsculas.


En efecto, hace casi cuarenta años, aunque era evidente que la tendencia expansiva de la comarca se prolongaría, tanto desde el punto de vista económico  como demográfico, ni las previsiones más optimistas se aproximaban a los valores que se han alcanzado con posterioridad.
En apenas tres décadas el S-SW multiplica por cuatro sus efectivos poblacionales, pasando de apenas 53 mil a algo más de 214 mil (9).
(9)  (En el mismo periodo la isla incrementa sus habitantes en un 53%,  el Norte, un 34% y el  Área Metropolitana el 22%).




Este intenso crecimiento afecta a todos y cada uno de los municipios, aunque no de manera uniforme. Aquellos eminentemente turísticos como Adeje y Arona multiplican su población inicial por casi 7 y 6, respectivamente; San Miguel de Abona, Santiago del Teide y Granadilla de Abona cuadruplican o triplican la suya; únicamente Guía de Isora no alcanza estos valores, pues apenas consigue duplicarla, no obstante, este crecimiento es más que discreto, ya que es tres veces superior a la media insular (10).

Otro aspecto interesante que sería conveniente destacar es que las tasas de crecimiento intercensal experimentan un incremento inusitado a lo largo del periodo hasta el punto que las cifras de población casi se duplican en tan solo una década (11).   Este hecho adquiere realmente importancia si tenemos en cuenta en volumen de población al que hacemos referencia, al menos a escala insular: en solo diez años (2001-2011) la población de la comarca pasó de poco más de 116 mil habitantes a casi 214 mil.
(10)  Vilaflor, por sus peculiaridades, no comparte la tónica general de la comarca, pero consigue frenar el descenso acentuado de sus efectivos demográficos iniciado en la década de los cincuenta, incrementando los mismos en este periodo  un 26%).
(11) 39,2% entre 1981 y 1991;  58% entre 1991 y 2001 y 83% entre 2001 y 2011.

En solo tres décadas se ha conseguido modificar una situación que duraba  siglos: las diferencias notables en cuanto al volumen demográfico de las dos vertientes insulares ya no son tales. En 1981 la población del S-SW apenas representaba el 32% de la correspondiente a la vertiente septentrional de la isla; tres décadas más tarde ambas estaban prácticamente equilibradas. Lo realmente sorprendente es que los términos de nuestra comparación se ciñen al S-SW, si consideramos toda la vertiente meridional de la isla, resulta que en 2011  los residentes en el sur de Tenerife superan en un 25% a los del Norte (12). Más adelante abordaremos esta cuestión con mayor profundidad.
(12) 274.222 habitantes frente a 220.455

A diferencia de etapas anteriores, en las que además del turismo, la actividad agraria desempeñó un papel importante en la expansión económica y demográfica de la comarca, en las últimas décadas esta ha ido perdiendo cada vez más relevancia hasta ocupar un papel, si no residual, al menos secundario, como motor económico. Puede afirmarse, sin temor a equivocarnos, que la actividad turística (y sus efectos en otros sectores como la construcción, servicios generales, transporte, etc.) ha sido el desencadenante de todos estos cambios que venimos comentando.

Desde el punto de vista urbanístico, se ha producido una ocupación casi total del litoral en los municipios de Arona, Adeje,  San Miguel de Abona y Santiago del Teide, tanto por urbanizaciones turísticas como por el desarrollo de los  núcleos preexistentes.  Guía de Isora y Granadilla de Abona, presentan aún en su costa espacios sin ocupar por la actividad turística.  En el caso de Granadilla de Abona se debe en gran medida al desarrollo de las actividades industriales y aeroportuarias, mientras que en Guía de Isora estaría relacionado con la presencia de amplios espacios cultivados, los más extensos de la comarca. El mantenimiento de una actividad agrícola de cierta importancia en relación a otros sectores, explicaría que sea precisamente este municipio el de menor crecimiento demográfico en estos años, apenas la mitad de la media comarcal.

Como en etapas anteriores, el ritmo de crecimiento a lo largo del periodo es inversamente proporcional a la altitud de las distintas zonas, pero con una diferencia sustancial, ya no se aprecia crecimiento negativo en las zonas altas, en ninguno de los municipios, excepto en Granadilla de Abona, aunque el descenso es insignificante y afecta únicamente a dos pequeños caseríos.




Evolución del porcentaje de población por zonas (1981-2017) . Fuente: Nomenclátores de población. Elaboración propia.

        Como puede apreciarse en el gráfico anterior, la zona baja y en especial el sector costero acogen en 2011 casi al 85% de los habitantes de la comarca, merced a un crecimiento extraordinario. Baste señalar que en la etapa precedente el sector costero duplicó su población  y ya se consideró un hecho muy significativo, mientras que el este periodo los porcentajes de incremento se acercan nada menos que al 600%.  

Ante esta expansión del litoral, el resto de las zonas reducen cada vez más su participación  en el conjunto. Lo cierto es que se ha consolidado una tendencia que apuntábamos ya con referencia a  la década de los setenta, cuando las mejoras en la red viaria y la generalización del automóvil, permitieron que los cambios de actividad económica no implicasen necesariamente un cambio de domicilio. La atracción del litoral ya no actúa como “succionadora” de efectivos humanos de las medianías y zonas altas,  tal como ocurrió en el pasado, sino que por el contrario, las ha revitalizado, asentándose en las mismas gran número de inmigrantes debido a un menor precio de viviendas y alquileres (13).
(13) El sector costero creció un 573,7%, el resto de la zona baja  158%, las medianías un 52%  y las cumbres 24%.



  
Población por el lugar de nacimiento en entidades de medianías de algunos municipios (2011) Fuente: Censo de población. Elaboración propia.

        Como puede apreciarse en el cuadro anterior, a pesar de tratarse de tres entidades de medianías, el peso de la población foránea reviste relativa importancia, prácticamente la mitad del total en todas ellas. Se trata de tres localidades, cabeceras de sus respectivos municipios, que pese a haber perdido su papel de principal núcleo de los mismos, se han visto revitalizados  en las últimas décadas. Todas han experimentado un crecimiento bastante aceptable a lo largo del periodo en estudio, aunque muy alejado del correspondiente a otras localidades de su término municipal. Granadilla de Abona fue la entidad más poblada hasta 1991, veinte años más tarde sus habitantes apenas representaban  el 31% de los de San Isidro. Guía de Isora pasó en 2011 a ser la segunda entidad por población de su término en favor de Playa de San Juan. La población de Arona apenas representaba en 2011  el 14% de la correspondiente a Los Cristianos, el 36% del Fraile y el 40% de Las Galletas, Costa del Silencio o Valle de San Lorenzo.
El papel dinamizador del litoral con respecto a otros sectores comarcales queda patente en el caso de Vilaflor. Este municipio presenta una serie de peculiaridades que lo individualizan claramente en el conjunto comarcal: ausencia de litoral y debilidad del poblamiento. En realidad, desde el punto de vista geográfico se comportaría como la zona alta de Arona y San Miguel de Abona, de la que estos carecen. Ello se traduce, además de un unos reducidos efectivos poblacionales, en una disminución intensa de los mismos desde mitad del siglo pasado.
Sin embargo, durante el periodo en estudio se ha frenado esta tendencia y el municipio ha recuperado población acercándose a los valores de 1950 ó 1960. Incluso en este caso diferenciado, se repiten los patrones de mayor crecimiento demográfico en relación a la menor altitud. Así, durante este periodo, el término ha incrementado su población en un 26%, sin embargo mientras que la capital municipal y el caserío de Trevejos apenas crecen un 17% , aquellos entidades situadas a menor altitud (siempre por encima de los 1.000 metros) como Escalona y Jama, incrementan sus efectivos humanos más del doble (44%). 

En el apéndice aparecen gráficos con información pormenorizada para cada uno de los municipios de la comarca, en lo relativo a la evolución de la distribución de su población en las distintas zonas altitudinales.


        Solamente la existencia de una nutrida corriente inmigratoria explicaría el extraordinario crecimiento de la comarca y especialmente del sector costero. Pero en este periodo se han producido cambios sustanciales con respecto al anterior, tanto en las dimensiones de la misma como en su procedencia. Ahora, la inmigración originaria de otras comarcas de la isla, incluso de otras islas, ha perdido la relevancia que poseía anteriormente, sobre todo, porque con la mejora de las comunicaciones se han incrementado los movimientos diarios por motivos laborales, sin necesidad de cambio de domicilio. Por el contrario, la procedente del extranjero y de otras comunidades autónomas ha ocupado su lugar, alcanzando unos valores excepcionales.



Población por lugar de nacimiento en los municipios de S-SW. (2011) Fuente: Censo de población. Elaboración propia.

Como puede apreciarse en el gráfico precedente, más de la mitad de la población de algunos municipios, precisamente aquellos donde la actividad turística reviste mayor importancia, procede de otra comunidad autónoma o del extranjero (Adeje, Arona, Santiago del Teide y San Miguel de Abona). También es significativa en Granadilla de Abona y en menor medida en Guía de Isora. En Vilaflor, en cambio, por los motivos que ya hemos señalado, los porcentajes de alejan  bastante de la media (14). (14) Para el conjunto de la comarca el porcentaje es del 53%. Este adquiere verdadera relevancia si tenemos en cuenta que en cifras absolutas representa 110.000 habitantes, es decir, más del doble de los que contaba la comarca en 1981.

Hemos hecho referencia a la enorme corriente inmigratoria procedente del extranjero y de otros lugares del país, pero la visión quedaría incompleta si pasamos por alto la procedente de otros municipios de la isla o del Archipiélago. Si realmente queremos poner en evidencia la excepcional importancia que han representado los desplazamientos de población en la comarca (tanto de largo como de corto alcance)  durante  el periodo 1981-2011, basta con observar el porcentaje representado por los nacidos en el propio municipio en el conjunto de la población del mismo.

MUNICIPIO
%
Adeje
14,4
Arona
22,4
Santiago del Teide
24,8
San Miguel de Abona
25,5
Granadilla de Abona
31,9
Guía de Isora
40,7
Vilaflor
57,3

Porcentaje de población nacida en el municipio. Censo 2011.
Elaboración propia.

Del mismo modo que la población inmigrada no se reparte de manera homogénea en todos los municipios, otro tanto ocurre en su distribución a escala local. La presencia de numerosas entidades en los términos municipales y su situación en distintas zonas altitudinales, determina diferencias sustanciales en lo relativo a la distribución de la población foránea. Evidentemente, su papel será más relevante en localidades del litoral, pero como ya hemos visto, el fenómeno también afecta a otras situadas en las medianías e incluso la zona alta.



Población por lugar de nacimiento en tres entidades del municipio de Santiago del Teide. (2011) Fuente: Censo de población. Elaboración propia.




Población por lugar de nacimiento en tres entidades del municipio de Adeje. (2011) Fuente: Censo de población. Elaboración propia.

En los gráficos anteriores aparecen tres entidades, ubicadas en las distintas zonas altitudinales, es decir, costa, medianías y cumbre, de Santiago del Teide y Adeje. Hemos seleccionado estos municipios porque la actividad turística reviste gran importancia y además ambos poseen localidades en todas las zonas de nuestro estudio.

Como puede observarse, en los núcleos costeros (Costa-Adeje y Puerto de Santiago) el peso de la población foránea es abrumador, especialmente la procedente de la Península y el extranjero. En las localidades de medianías (Tamaimo, La Concepción) existe una distribución más equilibrada entre los nacidos en el municipio y  los procedentes del exterior. Con todo, es evidente que la población inmigrante no solo se ha asentado en la zona baja, sino que también se sitúa en localidades más alejadas, por los motivos ya comentados anteriormente. Así, el impacto de la corriente inmigratoria reciente ha afectado sensiblemente a las medianías: tan solo un tercio de la población local ha nacido en el mismo municipio.

Del mismo modo, las localidades de las zonas altas (Santiago del Teide y Taucho) tampoco han escapado a este fenómeno, aunque con menor intensidad. Pero incluso en estos casos, la población nacida en el municipio apenas representa la mitad de sus residentes. Esto significa que a diferencia de épocas pasadas en las que el sector costero atraía importantes contingentes de población procedente de las zonas más elevadas de la comarca, provocando un agudo despoblamiento de las mismas, en la actualidad, por el contrario, éstos pequeños núcleos se han revitalizado, beneficiándose también  de la expansión económica y demográfica de las zonas costeras.

Convendría, para finalizar, llevar a cabo algún comentario referente al desarrollo de las diferentes entidades a lo largo del periodo que analizamos. Ya hemos visto que el grueso del crecimiento se ha concentrado en la zona costera, por lo que resulta evidente que serán las entidades de la zona las que registrarán un mayor aumento de sus efectivos humanos.

El desarrollo más espectacular es el correspondiente a Costa Adeje, que multiplica por treinta los residentes de 1981; sin embargo, aunque menos relevante por el volumen que representa, realmente excepcional es el  caso de la zona baja de san Miguel de Abona (Las Chafiras-Amarilla Golf) que multiplica por setenta sus residentes en estas tres décadas.

Otras localidades de la zona costera entre la montaña de Guaza y la montaña Roja, multiplican por diez o más los residentes de 1981: Las Galletas, Costa del Silencio, El Fraile, Guargacho, Los Abrigos y El Médano.

Adeje, Los Cristianos-Playa de Las Américas (15)  y San Isidro presentan en 2011 siete veces más habitantes que en 1981, erigiéndose en los tres núcleos más populosos de la comarca, a bastante distancia del resto (16). Por último, habría que hacer referencia al núcleo turístico de Puerto de Santiago-Acantilado de los Gigantes, relativamente alejado del resto de los núcleos citados, que registra un elevado crecimiento (multiplica sus efectivos por siete) y ante la saturación del escaso litoral del término, revitaliza el sector más occidental de Guía de Isora.
(15) (Nos referimos al sector de Playa de Las Américas perteneciente al municipio de Arona, entre Los Cristianos y el barranco del Rey. En realidad, podría considerarse como una sola entidad a todo el litoral comprendido entre la Montaña de Guaza al este y La Caleta de Adeje , al oeste. Corresponde a dos municipios diferentes y agrupa a tres entidades: Los Cristianos, Playa de Las Américas y Costa Adeje, que en 1981 tenían en conjunto 3.722 residentes y en 2011, 36.280).
(16) La población en 2011 era  la siguiente para estas entidades : Los Cristianos 22.846 hab., San Isidro 18.796 hab. y Adeje 15.708 hab.).


2.El Valle de Güímar entre 1981 y 2011.

Tras la crisis de mediados del siglo pasado (17) la comarca experimentó una tímida revitalización favorecida por su situación a medio camino entre el Área metropolitana y el S-SW, en aquellos momentos las zonas de mayor dinamismo económico de la isla. Efectivamente, el trazado de la autovía del Sur y sus posteriores ampliaciones propiciaron una intensificación de las relaciones con el área capitalina y el S-SW, generalizándose los desplazamientos laborales a otros municipios.

A lo largo del periodo que estudiamos, esta tímida revitalización que señalábamos anteriormente, no ha hecho sino acelerarse (18). Los efectivos humanos de la comarca se han duplicado con creces: 203%. El crecimiento apenas representa la mitad del experimentado por la comarca del S-SW y algo menor que la media de la vertiente meridional de la isla (19) no obstante, resulta  muy elevado, puesto que supera ampliamente al del conjunto de la isla de Tenerife y al de otras zonas como el Norte o el Área capitalina.

(17) El Valle de Güímar  perdió  por aquellos años su papel tradicional como la zona de mayor vitalidad demográfica de la vertiente meridional de la isla, ligado casi exclusivamente  a la actividad agraria).
(18) La tasa de crecimiento intercensal entre 1981-91 fue del 20,1%,  del 17,7% entre 1991-2001 y nada menos que del 43,8% entre 2001-2011). 
(19) Media bastante distorsionada por el peso decisivo de los municipios del Sur y del Oeste).






Estos valores, sin embargo, merecen ser matizados, porque en realidad las tres cuartas partes de este incremento (74%) corresponden a Candelaria (20).Güímar y Arafo mejoran sensiblemente los valores de la etapa precedente, pero en ningún caso su crecimiento alcanza los valores de la media insular.

Por lo que respecta a la distribución de este incremento poblacional por zonas altitudinales, en líneas generales se aprecian las mismas pautas que observábamos en el S-SW. Si bien es cierto que las entidades que acaparan la mayor parte de este crecimiento se sitúan en la zona litoral, no lo es menos que el resto de la zona baja se ha revitalizado, por los motivos que en el caso del S-SW señalábamos para las medianías, experimentando un incrementos más que discreto, sobre todo si lo comparamos con el periodo anterior (21). En efecto,  mientras que entre 1950-1981 las entidades comprendidas entre los 301 y los 500 m. de altitud permanecieron prácticamente estancadas (2%), entre 1981 y 2011

(20) En 1981  este municipio apenas representaba el 30% de la población comarcal).
(21) En este periodo no existen entidades habitadas en la comarca por encima de los 500 m.

Ahora bien, como ocurría anteriormente, las diferencias son notables  según estemos hablando del Valle propiamente dicho o de Agache. En Agache, las entidades, muy envejecidas,  continúan perdiendo población en cifras absolutas, aunque a menor ritmo, un descenso del 25% frente al casi 40% de la etapa precedente. En Arafo en cambio, esta revitalización a la que hacíamos referencia explica que el casco municipal incremente sus efectivos el 25%, frente al 10% registrado entre 1950 y 1981. En Candelaria es más patente aún este cambio de tendencia dado que las entidades situadas entre los 301 y los 500 m. de altitud duplican sus efectivos poblacionales en este periodo.





Evolución del porcentaje de población por zonas (1981-2017) . Fuente: Nomenclátores de población. Elaboración propia.

Como consecuencia de todo ello, la distribución del poblamiento experimenta modificaciones, aunque no tan intensas como en décadas pasadas. Esto se debe en buena medida a la práctica saturación del espacio próximo a la costa. En el municipio de Candelaria, todo el litoral se ha convertido en un continuo urbano, desde el sector de Bajo la Cuesta hasta los límites con Arafo (Polígono Industrial y Playa de La Viuda) (22). Arafo cuenta con menos de dos kilómetros  de línea costera (Playa de Lima) y todo el sector está ocupado por instalaciones industriales y un pequeño caserío. El litoral de Güímar, de mayor longitud, también se encuentra ocupado por instalaciones industriales y dos  caseríos (El Socorro y el Puertito) o bajo protección (Malpaís de Güímar) (23).

(22) El sector más septentrional, hasta el barranco Hondo  y la montaña Bermeja, está constituido por un potente acantilado de algunas decenas de metros.
(23) Algo diferente ocurre con el sector más meridional, el correspondiente a Agache, entre los túneles de la autopista y el límite con el municipio de Fasnia, que está experimentando un notable proceso de ocupación.

La franja costera acogía en 2011 al 76% de la población comarcal, diez puntos porcentuales más que en 1981. Mientras que las entidades situadas entre los 301 y 500 m. acogen ya solamente a una cuarta parte de la misma (24).

(24) Por municipios los valores oscilan entre el 91,3% de Güímar y el 77% de Candelaria. En Arafo el porcentaje es mucho menor, apenas 25%.

Con referencia a las variaciones en la distribución altitudinal de la población a lo largo del periodo convendría señalar los casos del municipio de Arafo y el sector de Agache.

 Arafo representa uno de los casos de máxima concentración  en un solo núcleo en el contexto de la isla y del Archipiélago, donde lo habitual es la existencia de varias entidades dispersas por el término. La propia configuración física del mismo, a modo de triángulo con uno de los vértices hacia la costa y la base en la dorsal, precisamente la zona más abrupta y con peores condiciones para la agricultura, determinó que la cabecera municipal concentrase tradicionalmente a la inmensa mayoría de la población: el 92,2% en 1981. El resto se dispersaba  a cotas más bajas, en las proximidades de la antigua Carretera General del Sur. Sin embargo, a lo largo de este periodo la capital municipal ha ido perdiendo paulatinamente buena parte del papel polarizador sobre el poblamiento: en 2011 era ya del 75%, con un crecimiento intercensal del 25%. Los caseríos situados a menor altitud, en cambio,  han multiplicado por cuatro su población inicial.

El sector de Agache, que se corresponde con la mitad meridional del municipio de Güímar, ha ocupado tradicionalmente un papel marginal en relación al Valle, donde se encontraba la capital municipal y las mejores tierras de cultivo. No obstante, a pesar de lo fragmentado del territorio y la diseminación de los caseríos, mantuvo hasta mediados del pasado siglo un volumen de población relativamente importante. Sin embargo, a partir de entonces, la crisis de las medianías desencadenó un proceso migratorio que redujo sus efectivos un 35% entre 1951 y 1981. La casi totalidad de los pobladores de Agache han residido tradicionalmente por encima de los 300 metros de altitud: en 1981 existían algunos pequeños enclaves en la costa ocupadas  por 32 residentes permanentes, apenas el 4% del total. En general la mayoría eran viviendas ocupadas temporalmente en vacaciones. Sin embargo, en los últimos años, los residentes se han incrementado sensiblemente y los pequeños caseríos se han extendido casi sin solución de continuidad por todo el litoral.

Este proceso reciente ha determinado que la población de estos núcleos pasara de 32 a 818 habitantes entre 1981 y 2011, mientras que los caseríos tradicionales, situados a mayor altitud (El Escobonal, Lomo de Mena, La Medida y Pájara) continúan reduciendo sus efectivos, aunque de manera más atenuada. De todo ello resulta que ya en 2011 el porcentaje de población de Agache residente en el litoral ascendía al 34%, más de un tercio del total. Lo realmente significativo de este crecimiento en el litoral (siempre hablando a pequeña escala) es que en este periodo ha conseguido contrarrestar el descenso continuado de efectivos de los caseríos tradicionales al tiempo que cambiar la tendencia regresiva del conjunto de Agache, iniciada en 1940. Por primera vez en setenta años, este sector de Güímar incrementa sus efectivos en cifras absolutas en un periodo intercensal (2001-2011).

Cuando nos referíamos a la comarca del S-SW,  concluíamos  que solamente una corriente inmigratoria  considerable podría explicar tal incremento demográfico para el periodo. En efecto, el crecimiento vegetativo se ha reducido drásticamente desde los años sesenta, hasta el punto que su papel  resulta cada vez más irrelevante. Esas conclusiones, confirmadas con el análisis pormenorizado del origen de los residentes en 2011, se pueden aplicar, sin temor a error a la comarca del Valle de Güímar.





Atendiendo al gráfico anterior, podemos observar que los nacidos fuera del propio término municipal constituyen un porcentaje bastante elevado, pero se aprecian sensibles diferencias con respecto al S-SW y entre los tres municipios, producto de dinámicas. Estas diferencias reflejan dinámicas distintas.

En primer lugar, la inmigración de largo alcance (aquella que procede de otras comunidades autónomas o del extranjero) reviste escasa importancia, excepto en Candelaria, aunque muy alejada de los valores que registraban la casi totalidad de los municipios del S-SW. Para Güímar y Arafo son inferiores, incluso, a un municipio tan regresivo como Vilaflor. Este hecho denota que se trata de una comarca con poca oferta laboral y tras la crisis agrícola de los años cincuenta, se ha ido convirtiendo cada vez más en un lugar residencial, donde la mayor parte de la población activa se desplaza a otras zonas, aprovechando las ventajas de su ubicación entre los polos más dinámicos de la isla: S-SW y Área capitalina.

El grueso de los nacidos fuera corresponde a originarios de otros municipios de la isla o del Archipiélago (con seguridad, los menos). y esto nos está hablando más que de una inmigración por motivos laborales, de un cambio de domicilio aprovechando determinadas ventajas, manteniéndose los movimientos pendulares. A nadie escapa que tras un intento frustrado de desarrollar la actividad turística en la comarca, a finales de los sesenta, la costa de Candelaria se fue transformando cada vez más en un área de segunda residencia para los habitantes del Área Metropolitana, debido a su proximidad. Con los años, se produjo un cambio de orientación y el predominio corresponde a los residentes habituales.

Solo este hecho explicaría el extraordinario desarrollo urbanístico experimentado en las últimas décadas por  el sector costero de los municipios del Rosario y Candelaria  (Tabaiba, Barranco Hondo, Radazul, Las Caletillas, Candelaria) coincidiendo con el estancamiento de la capital insular (25).

(25) El Puertito de Güímar, aunque a una escala menor, también comparte estas características.




Población por lugar de nacimiento en cuatro entidades del municipio de Güímar. (2011) Fuente: Censo de población. Elaboración propia.

En el cuadro anterior aparece reflejada la composición de la población según su lugar de nacimiento para cuatro entidades del municipio de Güímar, dos situadas en el Valle y otras dos en Agache. Por lo que se refiere a la ciudad de Güímar, destaca ante todo el peso abrumador de los nacidos en el municipio, hecho realmente anómalo en relación a todo lo que hemos analizado hasta el momento, incluso en comparación a pequeñas localidades de medianías o zonas altas del S-SW. Pero es que incluso el porcentaje es superior al de El Escobonal, ejemplo claro de entidad regresiva que no hace sino perder efectivos humanos desde la década de los cuarenta del siglo pasado. En realidad la dinámica demográfica de la cabecera municipal no se corresponde con su volumen poblacional, dado que se encuentra entre las localidades de mayor tamaño en el Sur de la isla.

 Ya apuntábamos este hecho en el artículo anterior. A lo largo del periodo, la ciudad no se ha beneficiado como otras localidades  del sur, incluso del conjunto de la isla, del auge demográfico de las últimas décadas. El crecimiento ha sido insignificante, apenas de un 18,7%, inferior incluso al de la media municipal, que fue del 34,4%. Por esto, los nacidos fuera de la localidad apenas representaban el 39% del total, y de ellos más de la mitad procedían de otro municipio de Tenerife. Esto denota el escaso atractivo de Güímar para el asentamiento de población foránea.

Muy diferente es el caso del Puertito de Güímar, que en el mismo periodo ha multiplicado por cuatro su población, con unos valores similares al de localidades  muy dinámicas del S-SW. Obviamente, este crecimiento se traduce en la composición de sus residentes según su lugar de procedencia: apenas una cuarta parte había nacido en el municipio, valor muy próximo a los procedentes de la Península y el extranjero. Los dos caseríos de Agache muestran una estructura muy similar, aunque el porcentaje de nacido fuera el algo mayor en el núcleo costero del Tablado.




Población por lugar de nacimiento en dos entidades del municipio de Arafo. (2011) Fuente: Censo de población. Elaboración propia.

En el caso del municipio de Arafo, la contraposición es evidente, reflejo de una dinámica demográfica diferenciada a lo largo del periodo, como ya hemos visto anteriormente: incremento de un 25% en la cabecera municipal, frente al  390% de La Hidalga y del conjunto del sector costero. Casi la mitad de la población de Arafo ha nacido en el mismo municipio, mientras que en La Hidalga este porcentaje se reduce apenas al 18,5%. No obstante, estos valores pueden inducir a error, no se trata del  mismo caso de los municipios turísticos del S-SW, cuya oferta laboral atrae importantes contingentes sobre todo del resto del país o del extranjero, aquí este porcentaje es modesto. En realidad La Hidalga comparte el mismo fenómeno que ya hemos apuntado para otros sectores de la comarca, y es la instalación reciente de personas procedentes mayoritariamente del Área Metropolitana, pero que continúan llevando a cabo movimientos pendulares. En efecto, los nacidos en otro municipio de la isla constituyen el colectivo más numeroso de la localidad: 52,4%.




Población por lugar de nacimiento en tres entidades del municipio de Candelaria (2011) Fuente: Censo de población. Elaboración propia.

El municipio de Candelaria, junto al vecino del Rosario, constituyen un ejemplo claro de lo que representa convertirse en alternativa residencial para los habitantes de una capital. No estamos hablando de municipios limítrofes a una ciudad de cierta entidad que acogen en su territorio a un aluvión de inmigrantes de escasos recursos, atraídos por la oferta de empleo, tal como ocurrió  a mediados del siglo pasado en La Laguna ( La Cuesta y Taco) o El Rosario ( Barranco Grande, Taco, etc.). En este caso estamos hablando de un área de segunda residencia, que en poco tiempo, debido a una serie  de ventajas como la accesibilidad, menor precio del suelo o alquileres, excelentes condiciones climáticas, etc. atraen a un nutrido grupo de personas procedentes, en su mayor parte del Área metropolitana.

El gráfico es una muestra elocuente de ello; el establecimiento de población procedente de otros lugares, no solo ha originado un incremento extraordinario de la población en casi todas las entidades del término, sino que se ha modificado sensiblemente  la estructura según su origen. Hay diferencias, obviamente, entre Las Caletillas (donde los nacidos en el municipio apenas representan el 8%) o Araya (38%).

Lo más significativo, no obstante, para las tres entidades, es el abrumador predominio de los nacidos en otro municipio de Canarias. Como señalábamos anteriormente, con toda probabilidad los originarios de otra isla del Archipiélago no deberían ser muy numerosos. En efecto, su porcentaje en las tres localidades no supera el 5%, mientras que los nacidos en otro municipio de Tenerife alcanzan el 49% en Las Caletillas, 47% en Barranco Hondo y 41% en Araya. No disponemos de información más precisa, pero sin temor a equivocarnos, estimamos que en su mayor parte residirían anteriormente en el Área Metropolitana.

Una de las consecuencias de todo este proceso reciente es que desde 2002 Güímar ya no es el municipio más poblado de la comarca a la que ha liderado durante siglos y a la que da nombre; este papel corresponde como hemos visto a Candelaria. Igualmente,  tampoco es la ciudad de Güímar la entidad más poblada del Valle (12.650 habitantes), este lugar ha sido ocupado por la villa Candelaria (14.895 habitantes) con un dinamismo demográfico y unos efectivos humanos notablemente superiores en la actualidad. Si consideramos el conjunto Candelaria-Las Caletillas  (18.778 habitantes) la diferencia es aún más evidente (26).

(26) Las cifras corresponden al nomenclátor de 2017.


3.Arico-Fasnia entre 1981 y 2011.


        Esta comarca presenta ciertas peculiaridades  en el conjunto de la vertiente meridional de Tenerife (27). A partir de 1950 conoció varias décadas de emigración generalizada que redujo sus efectivos humanos una cuarta parte y provocó un agudo envejecimiento de los mismos. Así, hacia 1981, la comarca ocupaba el último lugar entre las de la isla por su densidad de población (26,8 hab/km2) similar a la de 1920. Arico y Fasnia compartían con Vilaflor el hecho de ser los municipios que registraban las densidades más bajas de la isla y al mismo tiempo los índices de crecimiento más débiles a lo largo del siglo XX.

(27) El sector meridional del municipio de Güímar, comparte las mismas características, aunque se ha analizado en el conjunto de su término por las razones ya explicadas en la introducción.


        La comarca mantenía aún el peso abrumador de las medianías, ya que casi las 4/5 partes de la población se asentaba por encima de los 400 metros de altitud, mientras que el sector costero registraba escasa significación, aunque  acogía a las únicas entidades con crecimiento positivo. Todo lo anteriormente expuesto contrasta con el auge que experimentaba el S-SW por aquellos años y la relativa revitalización que conocía Valle de Güímar.


          

        A lo largo del periodo en estudio, la comarca consigue frenar el retroceso demográfico que persistía desde hacía algunas décadas. A partir de 1981 en el caso de Arico y de 1991 en el de Fasnia las cifras de población inician una lenta pero continua recuperación (28). El crecimiento es más que aceptable, como se desprende del gráfico anterior, en torno al 70% para el conjunto del periodo. En comparación con el S-SW, no es excesivamente elevado, pero si tenemos en cuenta la dinámica experimentada en periodos anteriores, resulta muy positivo. Más aún cuando por primera vez los valores superan a los correspondientes al Área Metropolitana, la vertiente septentrional y la media insular.


(28) Las tasas de crecimiento intercensal fueron del 5% para el intervalo 1981-1991,   21,2% para 1991-2001 y 32,9% para 2001-2011.

        Teniendo en cuenta los índices tan bajos de crecimiento vegetativo que se venían registrando, en muchos años negativos, debido al notable envejecimiento de la población, este incremento, aunque no excepcional, solo puede explicarse por el asentamiento en la comarca de población foránea. Sin embargo, tampoco se han producido en la mimsma transformaciones lo suficientemente intensas como para atraer este volumen de población, porque la actividad turística es prácticamente inexistente. En realidad, lo que ha sucedido es que ambos municipios se han visto beneficiados por el auge turístico de la comarca S-SW, que aunque centrado en el litoral, ha afectado también a las zonas de medianías y a municipios de otras comarcas vecinas, como en este caso. La relativa proximidad a los núcleos turísticos y un menor precio de la vivienda y de los alquileres habrán tenido mucho que ver en este fenómeno.

       El crecimiento, no obstante, no ha sido homogéneo, sino diferenciado en ambos municipios: 87,4% en Arico y solo 35,2 % en Fasnia; únicamente Vilaflor y Güímar, registraron incrementos menores que este último.

Por lo que respecta a la distribución de este incremento poblacional por zonas altitudinales, en líneas generales se aprecian las mismas pautas que observábamos en el S-SW. Ahora bien, la imagen tiene más semejanzas con la registrada en los municipios  del S-SW en la primera mitad del siglo pasado que en la actualidad. Es como si la comarca estuviese experimentando el mismo proceso, pero con casi un siglo de diferencia. En efecto, los escasos enclaves costeros preexistentes  y otros de reciente aparición incrementan sus efectivos  a un ritmo muy elevado, con un crecimiento global del 700%, mientras que el resto de las zonas apenas crecen un 14%, y siempre a un ritmo menor cuanto mayor es la cota a la que se encuentran.




Evolución del porcentaje de población por zonas (1981-2017) . Fuente: Nomenclátores de población. Elaboración propia.

Hay que tener en cuenta que el incremento en cifras absolutas de las entidades del litoral representa el 81% del total comarcal, con lo que no es de extrañar que su participación aumente sensiblemente, pasando de un escaso 11% al 46%. Como consecuencia de ello y de un crecimiento insignificante, pero al menos positivo (29), por primera vez en décadas, la participación de las entidades situadas por encima de los 301 m pasa del 89% a 54% (30).

(29) Las únicas entidades que reducen su población son algunos caseríos de las medianías de Fasnia, pero esta disminución queda compensada con  el incremento de las pertenecientes al municipio de Arico.

(30) La única entidad situada por encima de los 751 m. que aparecía en 1981 ha desaparecido de los nomenclátores más recientes.

Sería conveniente ahora analizar de donde procede este contingente humano que se ha asentado recientemente en la comarca y sus semejanzas o diferencias con otros sectores de la vertiente meridional de la isla.



Población por lugar de nacimiento en los municipios de Arico-Fasnia. (2011) Fuente: Censo de población. Elaboración propia.

La estructura de la población según el lugar de nacimiento para los dos municipios, además de ligeras diferencias entre ambos,  presenta más similitudes con el Valle de Güímar que con el S-SW, especialmente por lo que se refiere a los nacidos en la Península o en el extranjero, cuyo porcentaje es mucho más reducido. Sin embargo, como hemos tenido ocasión de comprobar, cualquier análisis que se lleve a cabo tomando como referencia el conjunto municipal enmascara las pequeñas y en otros casos, las grandes diferencias existentes en su seno, debido a la existencia de numerosas entidades de población con distintas dinámicas demográficas.



Población por lugar de nacimiento en cuatro entidades del municipio de Arico. (2011) Fuente: Censo de población. Elaboración propia.

En el gráfico precedente figuran algunas  entidades del municipio de Arico; las dos primeras se sitúan en el litoral, en las proximidades de la autopista del Sur, mientras que la Villa de Arico y La Sabinita se encuentran a cotas más elevadas, en torno a los 500 m.,  con la diferencia de que la primera es la capital municipal y la segunda un pequeño caserío. Como puede apreciarse, las diferencias son patentes, porque a medida que ascendemos en altitud, menor es el porcentaje de población procedente del extranjero o la Península y mayor el correspondiente a los nacidos en el municipio, mientras que el porcentaje de los nacidos en el resto de la isla o del Archipiélago se mantiene prácticamente equilibrado (31).

(31) La inmensa mayoría procede de la propia isla. El porcentaje de los nacidos en otro municipio del Archipiélago es insignificante oscilando entre el 2 y el 4 por ciento en todas las entidades.  

Quizás el hecho más llamativo sea la estructura que presenta el caserío de Abades (y en menor medida El Porís). En efecto,  apenas un 6% de su población ha nacido en el municipio y casi el 60% lo ha hecho en la Península o en el extranjero; estos valores son análogos a los de entidades turísticas del S-SW, como Costa Adeje o Puerto de Santiago. No hay que olvidar que estas entidades costeras absorbieron más del 80% del crecimiento poblacional del término durante este periodo, debido al asentamiento de población foránea. Además, son las entidades más más próximas a los núcleos turísticos de Adeje-Arona.



Población por lugar de nacimiento en tres entidades del municipio de Fasnia. (2011) Fuente: Censo de población. Elaboración propia.

En el municipio de Fasnia se repite el mismo patrón, aunque mucho más atenuado: a menor altitud, mayor proporción de población foránea y menor de los nacidos en el municipio. Sin embargo, aquí el porcentaje de los nacidos en la Península o en el extranjero es insignificante, y curiosamente, apenas difiere entre un caserío costero y otro situado en las medianías. Es evidente que la inmensa mayoría de los inmigrantes registrados en este periodo proceden de la isla de Tenerife y constituyen el 55% de la población de Los Roques.


4.El Sur de Tenerife entre 2011 y 2017.

En la introducción de este trabajo explicábamos el motivo por el que considerábamos más adecuado establecer dos periodos temporales para nuestro análisis: 1981-2011 y 2011-2017. En efecto, se trata de dos momentos bien diferenciados, el primero se correspondería con una etapa de  auge  demográfico sin precedentes en nuestro ámbito de estudio, y en el conjunto de la isla, continuación, del que se inició a mediados del siglo XX; el segundo, en cambio, refleja, si no un retroceso, al menos una relativa estabilización en el crecimiento poblacional.

Como adelantábamos en la introducción, a tenor de los datos disponibles, el sexenio 2011-2017 se corresponde con una etapa  de freno demográfico, paralela  a una crisis económica de cierta entidad. Sería excesivamente prolijo determinar el momento o momentos precisos en los que comenzó a frenarse de manera clara la llegada de inmigrantes (32) o bien el retorno a sus lugares de origen de muchos de ellos. Lo interesante, en nuestro caso, es hablar de periodos, porque es posible que  no todos los municipios tuviesen el mismo comportamiento a la vez; por ello consideramos que abordar esta última etapa en su conjunto será la manera más adecuada de completar nuestro análisis.

(32) No debemos olvidar que es precisamente este proceso de atracción de  población foránea la que aparece ligada a una etapa de expansión turística.

Parece que en los últimos años existen claros signos de recuperación de la actividad turística,  y no debemos olvidar que esta ha sido el motor esencial que ha propiciado la expansión de la vertiente meridional de la isla, en la que venimos insistiendo a lo largo de nuestro estudio (33). Pero no es menos cierto que estos años representan el fin de un modelo de expansión cada vez más acelerada. Hasta las previsiones más optimistas estiman que aunque se produzca la recuperación que muchos ya perciben, la comarca y la isla en general no van a conocer nuevamente la afluencia de una importante corriente inmigratoria, al menos a los niveles de la década pasada. Posiblemente continuará el proceso expansivo pero muy atenuado, y localizado, y desde luego, sus efectos sobre el resto de la economía insular no serán, posiblemente tan directos.

(33) La agricultura de exportación también jugó un papel muy destacado  como ya hemos visto, pero su importancia en la expansión demográfica no es comparable a la  que provocó la actividad turística.



Fuente: Censo de población. Elaboración propia.


El cuadro precedente es un reflejo claro y preciso de lo que supone el cambio de tendencia en la demografía  de las distintas zonas y comarcas de la isla en la última década. La evidencia de los datos no dan lugar a dudas: entre 2001 y 2011 la población de Tenerife se incrementó en cifras absolutas en 178 mil personas, mientras que en el último sexenio esta cifra se ha reducido apenas a quince mil, es decir, una cifra inferior a la del crecimiento de cualquier año de la década anterior (alrededor de 18.000).

También es evidente que la vertiente meridional de la isla es la que polariza el crecimiento en ambos periodos: el 65% del total entre 2001-2011 y nada menos que el 80% en la etapa más reciente. En estos últimos años es escaso crecimiento poblacional se ha concentrado en el Sur de la isla, mientras que el resto permanece estancado, incluso son varios los municipios que han perdido población en cifras absolutas.



Fuente: Censo de población. Elaboración propia.

El comportamiento de las diferentes comarcas muestra ciertas diferencias, aunque con matices. Todas comparten el brusco freno en el crecimiento en relación a la década anterior, sin embargo, las diferencias en el crecimiento reciente entre el S-SW y el Valle de Güímar son ahora insignificantes (5% frente al 4,7%, respectivamente). Arico-Fasnia, vuelve a perder población de nuevo (-5%), aunque como veremos más adelante, este descenso se ciñe a determinados espacios de la comarca.

En el S-SW se aprecian claras diferencias entre los distintos municipios: aquellos con un mayor peso de la actividad turística (Arona, Adeje y Santiago del Teide) apenas alcanzan la media comarcal de crecimiento, incluso en este último caso es negativo, aunque más adelante abordaremos la posible causa. Ahora los que presentan un mayor crecimiento, duplicando la media de la comarca son Granadilla y San Miguel de Abona. Guía de Isora permanece estancada y Vilaflor, como ya señalábamos para Arico y Fasnia, experimenta un descenso de casi el 12%. 

El caso de Santiago del Teide es muy peculiar, porque pese a ser un municipio donde la actividad turística es importante, registra un descenso notable de sus efectivos humanos, próximo al 15%, fenómeno inusual en un municipio con estas características. En realidad es un caso más de reajuste estadístico; ya comentamos que los ayuntamientos llevan a cabo la renovación anual del padrón continuo y posteriormente el INE la aprueba oficialmente. Paralelamente se realizan revisiones del padrón los años en que se lleva a cabo un censo. Al confrontar los datos de ambos para 2011 se apreció un desajuste de casi el 15% a favor del padrón, concentrado casi exclusivamente en la urbanización de Acantilado de los Gigantes. Posteriormente se llevó a cabo un ajuste de las cifras oficiales de residentes, por lo que aparece en 2017 este término como el único con población regresiva de la comarca del S-SW (salvo Vilaflor). Por tanto, la realidad es que en la etapa anterior el  crecimiento debió ser alrededor de un 15% más reducido; si el ajuste se hubiese realizado con anterioridad, seguramente no estaríamos hablando de crecimiento negativo.

En el Valle de Güímar, curiosamente Candelaria crece menos que Güímar, aunque con valores  muy próximos. En cambio, Arafo reduce sus efectivos, pero  más que descenso podríamos hablar de estancamiento, ya que la diferencia a lo largo del periodo es de solo 5 personas. Este ligero descenso enmascara dinámicas contrapuestas dentro del término, porque que los caseríos de la zona costera siguen creciendo mientras que el casco municipal reduce sus efectivos humanos.

Por último, en la comarca de Arico-Fasnia ambos municipios pierden población en cifras absolutas: -4% y -9%, respectivamente. Tal como ocurría en Arafo, el descenso no es homogéneo; las entidades costeras en ambos términos continúan creciendo, aunque levemente, por el contrario, el descenso es generalizado en todas las entidades situadas por encima de los 300 metros de altitud.

Lo anteriormente expuesto nos lleva a pensar que en momentos de expansión, los municipios que presentan cierto carácter marginal, así como las áreas de medianías y cumbres, se benefician de alguna manera del crecimiento generalizado. Sin embargo, en momentos de contracción, son precisamente estas áreas las que experimentan primero y con más intensidad los efectos de la crisis.

Pasamos ahora a abordar como ha sido el comportamiento de las distintas zonas altitudinales a lo largo de este breve periodo, teniendo en cuenta que es precisamente este el objetivo fundamental de nuestro trabajo.


Evolución del porcentaje de población por zonas (2011-2017) . Fuente: Nomenclátores de población. Elaboración propia.

Si atendemos a lo que refleja el cuadro precedente vemos como los posibles cambios a lo largo de este periodo  son imperceptibles. En efecto, con un volumen de incremento tan reducidos (apenas el 5%) no es de extrañar que esto suceda.

Sin embargo, se ha repetido la pauta general de comportamiento que venimos registrando en la vertiente meridional de la isla desde los inicios del siglo pasado. En este periodo de freno en el crecimiento demográfico, para el conjunto del Sur, únicamente la zona litoral incrementa sus efectivos eso sí, a un ritmo muy débil (6,3%), pero acapara la  totalidad del mismo. Por encima de los 300 m. de altitud, el resto de la zona baja permanece prácticamente estancada (1,5%); las medianías y cumbres registran descensos de población en cifras absolutas (-2,7% y -7,4%, respectivamente). Todo ello determina un incremento, aunque leve, del porcentaje representado por la zona costera, y paralelamente, una reducción del correspondiente al resto.

 De lo anteriormente expuesto, podemos concluir que tanto en periodos de expansión, como en los momentos de crisis, con todos los matices que ya hemos apuntado, se mantiene la tendencia general de unas tasas de crecimiento poblacional inversamente proporcionales a la altitud en la que se encuentren las distintas entidades. En definitiva, a menor altitud, mayor crecimiento y viceversa.

La misma dinámica se observa en las tres comarcas que integran la vertiente meridional de la isla. En todas es la zona costera la que acapara la casi totalidad del crecimiento; el resto de la zona baja experimenta unos incrementos tan reducidos que podemos hablar más bien de estancamiento demográfico, aunque en Arico-Fasnia, como señalamos anteriormente, existe una reducción de sus efectivos (-11%). Tanto en el S-SW como en Arico-Fasnia por encima de los 500 m. de altitud el crecimiento es negativo en la casi totalidad de las entidades. Ya indicamos anteriormente que en el apéndice final aparece información pormenorizada de todos los municipios.

Para concluir, debemos señalar que en la comarca del S-SW todos los municipios mantienen la tendencia ya señalada, excepto en el caso de Santiago del Teide, por los motivos ya citados (34). Por otra parte, en  Vilaflor, en el que todas las entidades se sitúan por encima de los 1.000 metros, y por lo tanto se consideran como dentro de la zona alta, el comportamiento de los distintos caseríos ha sido diferenciado. Ya señalamos para la etapa anterior que eran precisamente los asentados a menor altitud los que registraban los mayores incrementos; ahora, en momentos de crisis, son igualmente éstos los menos afectados y aunque experimentan una reducción de efectivos, es sensiblemente inferior a la  a la registrada por la cabecera municipal, situada a mayor altitud. En el resto de las comarcas, Valle de Güímar y Arico-Fasnia, la totalidad de los municipios, sin excepciones, comparte la pauta general que hemos establecido.

(34) El reajuste en las cifras de población se produjo en una entidad costera y eso produjo una ligera modificación en el porcentaje representado por la zona baja, tan leve que apenas afecta a la tendencia general en la comarca


5.El fin de la disimetría demográfica Norte/Sur en Tenerife.

Ha transcurrido una década desde que vio la luz un trabajo pionero en la demografía canaria  con el que su autor pretendía “abrir (…) unas hipótesis de trabajo que ‘deberían’ ser confirmadas o modificadas por ulteriores investigaciones más detalladas “ (Burriel de Orueta, 1976). Una de las tendencias que se apuntaban en el mismo, acerca de la evolución demográfica reciente del Archipiélago, era la coexistencia en las islas centrales de dos fenómenos simultáneos: de un lado, el crecimiento acelerado de las fachadas meridionales, que tendía a reducir el peso demográfico de las zonas de barlovento, más pobladas tradicionalmente, y de otro, la concentración de la población en la franja costera, con el consecuente abandono de las zonas altas e interiores. Es precisamente este último aspecto el que ha despertado nuestro interés, por las dificultades que presenta su estudio.

Cuando hace ya tres décadas publicamos la primera parte de este estudio (35), en su introducción hacíamos referencia a un trabajo pionero en la demografía canaria publicado una década antes (36). En  aquel, el Dr. Burriel de Urueta hablaba en su análisis de la evolución demográfica  “reciente”   en  Canarias, de la “coexistencia” en las islas centrales de dos fenómenos simultáneos: de un lado, el crecimiento acelerado de las fachadas meridionales, que tendía a reducir el peso demográfico de las zonas de barlovento, más pobladas tradicionalmente, y de otro, la concentración de la población en la franja costera, con el consecuente abandono de las zonas altas e interiores.

(35) SOLÓRZANO SÁNCHEZ, J. (1987): “Variaciones en la distribución altitudinal de la población en la vertiente meridional de Tenerife (1900-1981)” Revista de Geografía Canaria Nº2. Secretariado de Publicaciones de la Universidad de La Laguna, Tenerife, págs. 173-196.
(36)BURRIEL DE ORUETA, E. (1976): Evolución moderna de la población de Canarias. Aula de Cultura del Cabildo Insular de Tenerife.

Señalamos que era precisamente el segundo aspecto el que  despertó nuestro interés por las dificultades que presentaba su estudio,  y a éste hemos dedicado nuestra labor, en estos dos trabajos separados por un lapso de tiempo de treinta años.

        En el primero, abordábamos de alguna manera una de estas de estas tendencias, es decir, la concentración creciente de la población en las fachadas meridionales, pero concluíamos, que hacia 1981, a pesar de su intensidad, no lograba “la neutralización del tradicional peso demográfico de la fachada septentrional de la isla”. La segunda, es decir, la concentración de la población en la franja costera fue el objetivo prioritario de nuestro análisis.

      En el capítulo primero del presente estudio ya apuntábamos que hacia el 2011 la población de la  vertiente meridional  de la isla había logrado superar a la de la fachada norte. Señalábamos que este hecho solo había sido posible merced al extraordinario crecimiento experimentado en las últimas décadas, fundamentalmente por la comarca del S-SW. Además, este proceso reviste más importancia aún,  porque la fachada septentrional tuvo durante  el periodo un crecimiento nada desdeñable, superior incluso al del Área Metropolitana.

        Lo cierto es que las hipótesis esbozada por el Dr. Burriel, hace ya más de cuarenta años, queda perfectamente confirmada en lo que respecta a la isla de Tenerife. Como decíamos, en 2011, la población de los municipios del sur de la isla superaba en un 25% a los del norte: 274.222 habitantes frente a 220.455.


Lo anteriormente expuesto reviste una gran trascendencia en la historia del poblamiento insular, porque evidencia una verdadera redistribución del mismo, acabando con el secular “vacío demográfico” del Sur. Con posterioridad a esta fecha, coincidiendo con un freno en la expansión demográfica del Sur, y de la isla en su conjunto, la tendencia ha continuado, aunque con menor intensidad; la población del sur de la isla ha crecido durante el periodo 2011-2017 un 4,5% (12.262 habitantes) mientras que  la fachada norte  se ha mantenido prácticamente estancada, con un incremento de solo el 0,8%  aumentando sus efectivos en apenas 1.933 personas.





Fuente:  Censos  y  Nomenclátores de población. Elaboración propia.

        El cuadro anterior presenta la evolución de la participación de las distintas zonas de la isla, en poco más de un siglo y en lo relativo a su volumen de población. En el mismo se refleja el extraordinario avance experimentado por la vertiente meridional en las últimas décadas, porque en realidad es un hecho relativamente reciente dado que  durante casi ochenta años fue la zona de menor crecimiento.  A lo largo de este periodo  no ha hecho sino incrementar su papel como polo de crecimiento insular, ligado casi exclusivamente a la actividad turística. Ahora sí podemos hablar de una “neutralización” del peso demográfico de la vertiente de barlovento por la de sotavento: por primera vez en la historia insular la supera en número de habitantes y la tendencia, aunque atenuada, continúa.

      Paralelamente, este proceso coincide con un relativo estancamiento del Área metropolitana, por lo que el incremento de la participación del Sur en el conjunto de la isla, se  lleva a cabo también en detrimento de la zona capitalina. Sin embargo, a este respecto convendría señalar que el “estancamiento”  que señalamos para este periodo se debe casi exclusivamente al municipio de la capital, y más por motivos administrativos que de otra índole. En efecto, como ya comentamos en el caso de Santiago del Teide, las diferencias entre la población registrada en el padrón municipal  y en el censo eran obvias desde hacía casi dos décadas. Ya el INE había solicitado  al Ayuntamiento depurar estas cifras de registros ficticios. A raíz de la publicación de los datos del  censo de 2011, se obliga al Ayuntamiento a resolver la cuestión. Al no poder justificar estos empadronados, desaparecen de un plumazo casi 18.000 “chicharreros”. En el adrón de 2012 las cifras de población ya se ajustan más a las del censo del año precedente: 206.965 (204.476 del censo) y bastantes alejadas de los 222.271 residentes del padrón del mismo año. A partir de esta fecha la población del municipio capitalino no ha hecho sino descender (203.692 habitantes en 2017.


 CONCLUSIONES

     Podemos afirmar que en líneas generales y después de tres décadas, vuelven a confirmarse las conclusiones que llevamos a cabo en la primera parte de este estudio:

1.La disposición de los términos municipales -a manera de rampa, desde la costa hasta la cumbre- y la distribución del poblamiento en cierto número de entidades,  determina que la evolución general de las cifras de población oculte las tendencias internas, claramente contrapuestas, que introduce el factor altura.

2.A lo largo del periodo en estudio (1981-2017) como en el anterior (1900-1981), a escala comarcal y también  en todos y cada uno de los municipios (excepto Vilaflor, que carece de litoral) la zona baja, y dentro de ella el sector costero ( 0 a 300 m.) son las que han presentado un crecimiento más elevado, siempre por encima de la media municipal. Ello se traduce en un aumento paulatino de la proporción de habitantes que se asientan en estas zonas, y por el contrario una reducción del peso tradicional de las medianías y cumbres.

3.De modo general puede afirmarse que el ritmo de crecimiento de las distintas zonas es inversamente proporcional a la altitud media de las diferentes entidades, apreciándose una reducción progresiva del mismo conforme aumenta ésta.

4.El desplazamiento de la población a las áreas costeras no es un fenómeno reciente y además en las últimas décadas es menos perceptible. Este hecho viene motivado por la mejora de la red viaria que hace que los desplazamientos  por motivos de trabajo no impliquen necesariamente un cambio de domicilio, tal como ocurría en el pasado; también por la drástica reducción del crecimiento en la vertiente meridional de la isla en el último sexenio que implica unos cambios insignificantes.

5.A mayor peso de las zonas medias y altas en un municipio, menor es su crecimiento. A lo largo del periodo en estudio, en los municipios que presentan un índice de crecimiento menor –que están entre los más regresivos de la isla- la totalidad de la población (Vilaflor) o buena parte de ella (Arico, Fasnia) todavía se asienta por encima de los 400 metros de altitud.

6.A diferencia de etapas anteriores, en las que la agricultura de exportación jugó un papel destacado en la expansión económica y demográfica de la vertiente sur de la isla, en el periodo 1981-2017, ha sido  casi exclusivamente la actividad turística la desencadenante de este intenso crecimiento.

7.En los momentos de auge demográfico, las zonas altas y medias se benefician de la expansión del litoral, revitalizándose al convertirse en lugares de descongestión de la zona costera. Sin embargo, cuando se produce una crisis, son precisamente estas zonas las primeras en verse afectadas.

8.A diferencia de décadas pasadas, en las que la inmigración procedía de las islas menores y de otras comarcas de  Tenerife, en los últimos años el papel más relevante, con diferencia, lo representa la proveniente de otras comunidades autónomas y del extranjero.

9.El extraordinario crecimiento poblacional experimentado en las últimas décadas por el Sur, especialmente  la comarca del S-SW, ha provocado que por primera vez, sus residentes superen en número a los de la zona Norte; en 2017 la diferencia era del 25%.

© José Solórzano Sánchez


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