sábado, 26 de diciembre de 2020

HISTORIAS DE LA FAMILIA NIVARIA-ACHINECH. ...Y 21. REFLEXIONES FINALES.

 


Ha trascurrido justamente un año desde que apareció en este blog el primer capítulo de las Historias de la familia Nivaria-Achinech.

Después de publicar el último de ellos, me he dado cuenta de que la elección del título de este relato, aunque parezca muy general, en realidad la sido la mejor  de las posibles; en efecto, no se trata de la “historia”, en singular, de esta familia, sino de varias “historias”, quizás tantas como municipios existen en Tenerife. Aunque el lector ha podido vislumbrar un hilo conductor que las entrelaza y relaciona, igualmente habrá tenido ocasión de comprobar que todos los personajes tienen la misma relevancia, al menos en el capítulo que se les dedica, por lo que las vicisitudes que han tenido de afrontar cada uno de ellos se abordan como si de una  “historia” particular se tratase.

La idea primordial de este trabajo, que ya adelanté tanto en la justificación como en la introducción del mismo, era llevar a cabo un ejercicio de “narración histórica”, por denominarla de algún modo, aderezado con ciertos toques de humor, ironía y sobre todo “fantasía”. Inicialmente, creí que bastaría con mis conocimientos sobre la materia, tanto históricos como geográficos y que como había ocurrido en la elaboración de los capítulos iniciales, hace ya bastantes años, todos sería “coser y cantar”. Sin embargo, muy pronto percibí que la  tarea no iba a ser tan fácil y que aquel proyecto surgido de improviso, en el fondo era bastante “duro de pelar”.

Por este motivo, he tenido que llevar a cabo una intensa labor de búsqueda de información, para completar mis conocimientos previos, porque en muchos casos estos evidenciaban la existencia de grandes lagunas. Me he visto obligado a consultar infinidad de artículos de revistas, libros y sobre todo, páginas “web” de determinados ayuntamientos, que en la mayoría de los casos aportan una información inestimable en lo que se refiere a historia, costumbres, etc. de sus localidades respectivas. Además, para dotar a todo el texto  de un mismo estilo, también tuve que reorganizar buena parte del trabajo previamente realizado.

Ya señalé en la justificación de este trabajo que su elaboración suponía, también,  superar un reto que me había propuesto muchos años atrás. Además de la satisfacción por el objetivo cumplido y la posibilidad de compartirlo con quien haya querido o quiera leerlo, a lo largo de su realización ha aparecido un elemento nuevo de gran interés para este humilde “juntaletras”. En efecto, en relación a lo señalado en párrafos anteriores, sin tan siquiera proponérmelo, he tenido la posibilidad (por necesidad) de descubrir infinidad de cuestiones, personajes, curiosidades e historias, que conciernen a numerosas localidades de la isla y que para mí eran totalmente desconocidas.

Además de aumentar mi bagaje de conocimiento, estas interesantísimas aportaciones han sido el pretexto para  la elaboración de otros sencillos trabajos de “investigación”; se trata de textos breves que he ido realizando y difundiendo, bajo la denominación de “píldoras culturales”, paralelamente a la redacción de estas historias de los Nivaria-Achinech.

Fruto de este esfuerzo, “placentero”, porque todo hay que decirlo, son las casi quinientas páginas que constituyen el cuerpo del relato, distribuido en 20 capítulos y que he ido publicando con una periodicidad mensual, en muchos casos, incluso más reducida.

Para concluir,  tengo que agradecer a mi “asesora fundamental” el esfuerzo realizado al leer previamente cada capítulo antes de su publicación y a sus sugerencias y opiniones.

Santa Cruz de Tenerife,  26 de diciembre de 2020.

José Solórzano Sánchez ©

 


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